La ubicación es inmejorable. justo en el centro, fácil para ir andando a todo. Las habitaciones estaban limpias y bien decoradas con muebles antiguos. La atención del personal fue excepcional, especialmente la chica en recepción, siempre con una sonrisa.

Para nosotros fue ideal.

La habitación tenía un estilo antiguo bien marcado, con muebles que le daban un toque muy encantador. La cama era cómoda, lo cual ayudó a descansar bien. Sin embargo, se oía el ruido del grifo de la habitación vecina y un poco de ruido en general. El baño estaba bien, aunque un poco pequeño, pero limpio y con lo necesario.

Ambientación encantadora y limpieza impecable.

Fue una opción decente para una breve estancia de fin de semana en León con una muy buena relación calidad-precio. El personal fue muy amable y me ayudaron a encontrar un buen lugar para cenar cerca del hotel. Para evitar sorpresas, asegúrate de llevar tapones para los oídos.

Ubicación céntrica, encanto histórico, interesante diseño de habitaciones

El ruido es insoportable!!! Las paredes son tan delgadas que se siente todo. Además, la limpieza debería mejorar mucho. encontré pelos debajo de la almohada y olores desagradables en el baño. Necesitan urgentemente modernizar algunas instalaciones.

La ubicación es inmejorable, a unos pasos de

la catedral. Las habitaciones tienen encanto, con muebles antiguos y un ambiente acogedor. Sin embargo, la presión del agua en la ducha podría mejorar un poco. Lo mejor fue la atención del personal, siempre dispuestos a ayudar con una sonrisa.

Recomendado para los amantes del encanto antiguo

La estancia fue realmente agradable. La ducha tenía la presión ideal, lo que se agradece después de un largo día y el desayuno variado estaba delicioso, perfecto para comenzar la mañana con energía, apreciando ese toque rústico que lo hacía especial.

No fue barato, pero nada que no se pudiera aceptar.

el edificio es antiguo y lleno de carisma, peroo se oye todo de las habitaciones.

Un hotel con encanto y decoración rústica. La ubicación es perfecta para explorar la ciudad, y disfruté de la comodidad de la habitación. ¡El baño tenía una esponja, que detalle! Aquí se nota que cuidan los detalles.

Lamentablemente, el ruido de los vecinos era como una orquesta desafinada, ¡me creí en un concierto inesperado!

El olor a fritanga nos arruinó la estancia.

La estancia fue maravillosa. La ubicación era ideal, a pocos pasos de la catedral y justo en la calle peatonal principal, lo que facilitó explorar la zona a pie. Las habitaciones eran cómodas y estaban decoradas con un estilo encantador que le daba personalidad al lugar. El desayuno fue excelente, con una variedad deliciosa de opciones locales que nos dejaron satisfechos cada mañana.

El único inconveniente fue el ruido proveniente de las habitaciones vecinas, lo que a veces interrumpía nuestro descanso.

la verdad, la experiencia fue brutal. el hotel tiene un encanto total, con muebles antiguos y una vibe medieval que te hace sentir en otra época. la ubicación es perfecta, a un pasito de la catedral y en el meollo de la ciudad. la cama super cómoda y el baño amplio, todo limpísimo. el desayuno estaba bien variado, pa empezar el día con energía.

pero hubo un poco de ruido entre las habitaciones, y el colchón un poco duro pa mi gusto.

El ambiente del lugar es muy bonito, con un estilo medieval auténtico que realmente se siente especial. La ubicación es perfecta, a pocos pasos de la Catedral, y hay muchas plazas cercanas para explorar. La cama es cómoda, aunque el colchón podría ser más moderno. A pesar de unos ruidos inesperados en la habitación de arriba que interrumpieron nuestro despertar, la experiencia general fue agradable y el desayuno era delicioso.

estancia agradable pero con detalles que mejorar

La ubicación es excelente, cerca de todo. El edificio tiene un encanto antiguo bien mantenido. La atención del personal fue excepcional, especialmente de la chica en recepción que se tomó su tiempo para explicarme todo.

Se podía escuchar ruido de las habitaciones vecinas, lo que afectaba un poco la tranquilidad.

Me alojé una noche en La Posada Regia y, aunque disfruté bastante, hay cosas que se podrían mejorar. La habitación tenía una decoración rústica que me encantó, con muebles antiguos que le daban un toque especial y un ambiente acogedor. La cama era amplia y cómoda, lo que me ayudó a descansar bien. Sin embargo, sufrí un poco con el ruido. Se escuchaban los pasos del pasillo y también el sonido del grifo de la habitación vecina, lo que a veces perturbaba mi tranquilidad. La ubicación es la mejor, a pocos pasos de la Catedral y del casco histórico. El desayuno fue delicioso, con opciones variadas, aunque podría mejorar en términos de cantidad. Todo muy limpio y bien cuidado, lo que siempre es un plus. Por último, el personal fue amable, atento y dispuesto a ayudarme con mis dudas. Pero el precio me parece un poco alto en comparación con otras opciones que he visto.